>

martes, junio 27, 2006

Cajón desastre









Esta semana pasada se les ha ido la mano al ayuntamiento de Zaragoza con eso del Zaragoza, Ciudad del Agua (eslogan de la Expo 2008 en Zaragoza). Me parece muy bien que intenten hacer navegable el Ebro a su paso por Zaragoza, pero es excesivo el ensayo que hicieron la semana pasada de hacer navegable el Paseo Independencia y la Avenida de Madrid, que se podía ir en barquita por la Plaza Paraíso y todo (lo de la rotura de tuberías fue una burda excusa). Aunque bien mirado, podría ser bonito, y hasta bueno para el turismo, ver las góndolas surcando el Paseo Independencia.

Otro tema de la semana es la instauración del carnet por puntos. A mí en principio me parece bien, lo que veo mal es que se limite el máximo número de puntos que se pueden alcanzar a 15. Debería poderse ir acumulando puntos y cuando se llegue a 18 puntos, poderlos canjear por unas alfombrillas para el coche, por ejemplo. Si se llega a 21, se podría elegir ya entre un Sancristóbal, un Elvis o un perrito de esos que mueven la cabeza. Así fomentaríamos eficazmente la buena conducción.

Otro tema ineludible estos días es el mundial de fútbol. El mundial provoca un fenómeno único, que sólo puede verse cada cuatro años. Si paseas por las calles de la ciudad a la hora del partido, se puede cumplir un sueño largamente esperado por cualquier hombre: ser el único hombre del mundo, en un tierra poblada tan sólo por mujeres. Es una sensación única.

Y para terminar, la solución al juego estúpido del post anterior:

Significado - entrada

vaca
res - animal
bicho - gusano
oruga - parásito
insecto - bacteria
microbio - coco
palmera - nuez
fruto - fruto
jitomate - tomate

viernes, junio 23, 2006

De la misa, la media

Yo soy agnóstico, a pesar de que (o gracias a que) estudié en un colegio de curas. Con la menor excusa, nos metían a la iglesia del colegio, nos llevaban a contarnos vidas de santos, o nos enseñaban la sacrificada vida de nuestros hermanos misioneros allende los mares. Recuerdo que mi padre nos llevaba a misa todos los domingos, a un vecino amigo y a mí. En cuanto decidieron que ya éramos mayores y podíamos ir solos, tardaron más de un año en enterarse de que, aunque decíamos que íbamos a misa, nuestro camino se desviaba ligeramente, y acabábamos en otro local del colegio, donde los futbolines, máquinas de millón y artilugios varios, hacían bastante más entretenida la mañana de domingo que los sermones.

Y es que, como espectáculo, la misa deja mucho que desear. Para empezar, y salvo pequeñas modificaciones, se repite siempre lo mismo. Cierto es que le añaden algún ingrediente morboso que le da algún aliciente: por si no lo sabéis, al protagonista lo matan al final,... y torturándolo. Y tiene final feliz: el protagonista acaba resucitando y yendo al cielo. También le dan un toque a musical, con canciones y la participación del público (en cierto modo, es un antecesor del Karaoke, con la letra en un folleto en lugar de en la pantalla de video), pero la ausencia de coreografía de baile, y las, a menudo escasas, dotes vocales del sacerdote oficiante, desmerecen el resultado final. Sólo el sermón salva la monotonía, aunque el tonillo que siempre le dan no es el más adecuado. Por cierto, siempre me pregunto dónde aprenden los curas ese tonillo, ¿se lo enseñan en el seminario? Dirán: me parece que me van a catear sermones, el oral lo he dicho de corrido y sin tonillo.

Por eso no es sorprendente que las nuevas generaciones no sepan nada sobre la misa. Les llevas a la iglesia y, si ven los folletos sobre los bancos, van y dicen en voz alta: ¡mira!,... propaganda. Y tu, todo colorado, ¡qué bromista, el niño!

Y si les dices que van a cantar el Avemaría, preguntan si va a salir David Bisbal (Avemaría, siempre serás mía...).

Me encantan los nuevos artilugios que instalan en las iglesias. Por ejemplo, el ofrendador automático: en lugar de velas para hacer ofrendas, ponen bombillitas temblorosas, lo tapan con una urna de cristal y, si introduces una moneda, la bombilla correspondiente se enciende durante un rato. Os lo prometo, lo he visto.

A mi me gustaría dar ideas para nuevos equipos. Por ejemplo, un jukebox de canciones de misa. Podría llevar unos muñequitos de monjitas con guitarra y, tras introducir la moneda y elegir la canción, las monjitas se moverían al ritmo de la música, que resonaría por la iglesia elevando los corazones de los fieles.

Si hay alguna iglesia o catedral interesada, que se ponga en contacto conmigo, yo se lo diseño, prometido.

Amén.

domingo, junio 11, 2006

Juegos estúpidos

Inauguro una nueva sección en el blog: juegos estúpidos. Incluir vuestras ideas en la zona de comentarios.

E inauguro la sección con el primer juego estúpido:

¿Te aburres en el trabajo? ¿Te han borrado todos los juegos de Windows de tu ordenador del curro? No te preocupes, tengo el juego ideal para el trabajo: buscar el sinónimo.

El juego consiste en, dentro de Word, lograr pasar de una palabra a otra totalmente distinta a través del diccionario de sinónimos y haciendo cambios de significados. Ejercicio: pasar de vaca a tomate mediante sinónimos. De verdad, se puede y en nueve pasos. La solución en el próximo post.

Gadgets

Esta es la era de los gadgets. No podemos salir a la calle sin ellos y llenamos nuestro hogar con decenas de estos pequeños inventos.

¿Qué es un gadget? Os lo cuento. Es un pequeño dispositivo electrónico, dotado por supuesto de la más moderna tecnología, y en teoría utilísimo, y que soñamos con comprar. Nada más comprarlo nos damos cuenta de que al fin y al cabo no era tan útil y que, después de todo, podríamos haber vivido sin él perfectamente.

Los móviles, por ejemplo. Un movil es un dispositivo muy útil. Permite hacer y recibir llamadas en cualquier lugar, pedir ayuda si te quedas tirado en la carretera o incluso proseguir la noche si los amigos con los que has salido se van a dormir. Todo ello muy útil. Lo demás ya no sirve para nada.

La cámara sirve para tomar imágenes diminutas y borrosas, no para sustituir a una cámara de verdad. El MP3 sería cojonudo si no fuera porque es lento e incomodísimo cargarle nuevas canciones. Y si te las descargas con el teléfono entre la búsqueda por el menú (que tiene delito, te cobran por mirar qué tienen, es como si entraras a una tienda y te cobraran por el tiempo que estás mirando el género), la descarga y los bytes transmitidos te sale por un ojo de la cara.

La agenda que lleva no la usas porque hace falta una paciencia a prueba de balas, para escribir las citas en semejante teclado.

Y la radio es muy útil, sí, pero tienes que llevar siempre el cable de los auriculares (si no, no funciona la radio, que los usa como antena), y pasarte un tiempo desenredándolo cada vez que quieres usarla. Porque en una radio normal, puedes arrollar los auriculares alrededor de la radio, pero si haces eso con el móvil, luego no hay forma de descolgar cuando te llaman: estás ahí intentando alcanzar los botones, desenrollando el cable mientras el teléfono suena y suena...

Y los juegos, qué podemos decir de los juegos. Juegas un par de veces si llega. Porque primero hay que adivinar que aquellos cuatro cuadrados rojos son un coche y que hay que evitar chocar con los tres cuadrados azules, que vaya usted a saber qué son.

Y ahora quieren cobrar porque veas la tele en el móvil. Vamos a ver si lo entiendo. Hasta ahora la tele siempre ha sido gratuita. Te compras el aparato y puedes ver la tele. Pues bien, ahora pretenden que te compres un aparato cuatro veces más caro que una tele portátil, cuatro veces más pequeño, que ya me dirás si distingues las figuritas de la pantalla (será como cuando vas a un concierto de un grupo importante y ya puedes decir que viste en persona una mota a lo lejos que era Bruce Sprinsgteen); y encima que pagues por ver cada programa. Y lo bueno es que lo conseguirán y nos sentiremos mal si no tenemos un móvil donde se vea la tele.

¿Y los reproductores MP3? Consigues tirar el walkman de casete y comprarte el walkman con CD-MP3 y a los cuatro días lo tienes que tirar, porque imagínate si alguien te ve usándolo en lugar de ese aparato diminuto con memoria flash. Pero a los cuatro días si sacas tu MP3, alguien te mira con arrogancia y saca su MP4, con vídeo, o su iPOD. Total, que te tienes que comprar uno y arrojar tu MP3 al cementerio de elefantes.

Y el TDT, ¿qué me dicen de la televisión digital? Es fantástico, te prometen un mundo nuevo de canales de entretenimiento. Cambias la antena, te compras el aparato. Y lo que hay es, lo que ya tenías, más un número de canales inútiles. Sí, puedes ver lo que echaban en la tele hace treinta años, o la programación de telenovelas de todo el lustro anterior. Lo interesante está en los canales de pago, como que lo van a regalar.

Después de decir esto, confesar que estoy enamorado de los gadgets y que me compraría todos. Que miro emocionado los folletos del Media Market y que me leo Xataka todos los días (http://www.xataka.com).

Propongo una nueva sección: gadgets inútiles. Se definirían como aparatos de alta tecnología y elevado diseño, viables tecnológicamente, pero totalmente inútiles y/o estúpidos. Dejad vuestras ideas en los comentarios.
Incluyo un ejemplo: un mando a distancia para la puerta del garaje por SMS.

domingo, junio 04, 2006

El deporte y yo II

Creo que voy a empezar a practicar deporte.

En serio. Es que veo a mis amigos y compañeros de trabajo y veo que es una excusa fantástica para irse a tomar unas cervezas.

Imagina que dices: cariño, me voy al bar a tomar una cervezas con los colegas. No vende bien.

En cambio dices: cariño, me voy a jugar un partido de tenis. Pues vende mucho mejor, aunque el objetivo real sean las cervezas de después.

Porque es fantástico ver cómo hacen footing algunos: diez minutos de footing y directos al bar, que esto da sed; no sea que se pierda alguna caloría. Y luego están los que con la excusa de que han hecho ejercicio y lo queman, se arrean un almuerzo increíble, recuperando con creces lo gastado, como un par de huevos fritos con chorizo, por ejemplo.

Así que, decidido, voy a hacer deporte.

Respecto a mi post anterior, un compañero de trabajo me indicaba que no sabía lo que me perdía, porque el deporte genera endorfinas, lo que da placer.

Yo le quiero recomendar que hay otros métodos mejores para generar endorfinas, que si bien precisan también cierto esfuerzo físico, presentan un ratio endorfinas/esfuerzo muy superior.

De hombres y mujeres

En una historia que leí un vez, no recuerdo dónde, dos parejas salían a cenar juntos. Al final de la noche ellas seguían hablando animadamente entre sí, mientras que ellos apenas intercambiaban palabra.

Una de ellas les recriminaba: es que nosotras tenemos siempre más que contar.

Uno de ellos respondía: no, solamente es que usáis más palabras.

Realmente, son tantas las diferencias entre hombres y mujeres, que es increíblemente sorprendente lo bien que llegamos a estar juntos. No sé si es cuestión de la química que maneja nuestras emociones, del programa firmware que llevamos en nuestra cabeza desde que nacemos o de qué; pero el caso es que bienvenido sea, porque no sé si sin mujeres viviríamos menos o más, lo que sé es que, como decía aquel, la vida se nos haría increíblemente más larga.

Y como me he puesto muy serio, otro comentario. Que en las relaciones hombre-mujer, ellas siempre tendrán la sartén por el mango.

Si la sartén es el hombre, no diré yo cuál es el mango.

jueves, junio 01, 2006

¡Cómo ha cambiado el cuento!

Me contaban el otro día una historia, del estilo de las que se convierten en leyenda urbana, pero que el que te la cuenta asegura que se la contó alguien que sabe de alguien que seguro le pasó.

Esto es un hospital en que una joven muere, y le encargan al celador que la traslade al tanatorio. Llega allí y no hay nadie, y la joven es atractiva, y total está muerta, y nadie se va a enterar, y, vamos, que se la tira. En medio de todo ello, la joven resulta que no está muerta y se despierta, y el celador se lleva un susto de muerte.

¿Cómo creeis que termina la historia? Elegid el final que prefiráis:

1.- Al celador le da un infarto y muere.
2.- La joven demanda al celador, lo echan de su trabajo y se da a la bebida.
3.- La joven agradece al celador que la despierte y la salve de acabar en un ataúd y se casa con él, y viven felices y comen perdices.
4.- -------------- (propón otro en la zona de comentarios)

Y digo yo, que todo esto me recuerda al cuento de la bella durmiente, sólo que en el cuento era un príncipe y despertaba a la princesa con un beso... ¡cómo ha cambiado el cuento!

Por otra parte, puede que la historia original fuera así, y sólo nos ha llegado la versión edulcorada y en realidad el príncipe despertó a la bella durmiente con un quiqui.

Y entonces, blancanieves,... qué vergüenza, y con los enanitos delante.

En fin, que ya nada es lo que era...