>

jueves, marzo 31, 2011

El Caballero de Isla Cristina



Estábamos visitando el puerto de Isla Cristina, en Huelva, cuando se nos acercó.

Cubierto con una camisa que había sido blanca muchos años atrás, barba de varios días y voz cortada, se me acercó y me dijo:

- ¿Quieres comprar caballas?

Y me mostró una bolsa de dudosas condiciones higiénicas, donde había unas cuantas caballas.

-No, gracias - le contesté.

-Pues entonces dame algo. No tendo pa'comer.

Estuve a punto de responder: "Si, las caballas", pero logré contenerme, dije simplemente no, y me alejé.

Media hora más tarde, y medio pueblo más allá, me giré y:

- Dame algo, no tengo pa'comer.

Efectivamente, era el mismo tío.

- ¡Ay!, déjame en paz - me salió decir.

- Agarrao - contestó él.

- Pesao - le dije yo.

Pensándolo más tarde, no tendría que haberle contestado así ya que, técnicamente, si vendía caballas era un caballero, y eso le convirtió en el Caballero de Isla Cristina en todas nuestras conversaciones de este verano.