>

viernes, junio 29, 2007

Cuando te regalan un blog...

"Piensa en esto: cuando te regalan un blog, te regalan un infierno de palabras, un calabozo de bits. Te regalan la necesidad de escribir al menos una vez por semana, la necesidad de hacer comentarios en blogs ajenos, la obsesión por mirar el contador de visitas y contemplar su avance, lento, inexorable. Te regalan el miedo a perder la clave, a que se borre, a que tu acceso a Internet se corte y quede el blog desprotegido, sin dueño, vulnerable. Te regalan la tendencia a compararlo con otros blogs, el miedo al ridículo tras cada entrada. Te regalan, también, el pánico a quedarte en blanco, sin palabras que escribir, a no estar a la altura del blog.
Cuando te regalan el blog, eres tú el regalado".

De Julio Cortázar, si escribiera blogs, o de un publicista, si le diera por ahí.

Link del anuncio del Seat León, con texto original de Julio Cortázar.

Link del texto original completo.

Otro texto fantástico:
Link de las instrucciones de Julio Cortázar para subir una escalera.

No me he resistido a parodiar el anuncio. Lo más habitual es que descubramos textos de grandes autores como éste, o grandes canciones, no gracias a nuestro nivel cultural, sino a que los oímos en los anuncios o las escuchamos en las teleseries. Pero no hay nada malo en ello, lo único que sería terrible es no descubrir que existen.

Para terminar, un texto de otro gran autor, para incitar a la reflexión:

"Si lloras por no ver a Marisol, las lágrimas te impedirán verle las tetas a Estrella"

Rabindranath Taborde

jueves, junio 21, 2007

Por un puñado de pelos

Es curioso cómo, mientras yo miro con preocupación cómo en mi cabeza un buen número de cabellos desertan día tras día, otros intentan eliminar de su cuerpo el mayor número de pelos posible. En estas fechas de depilaciones desesperadas (porque hay que estar desesperado para utilizar cualquiera de los métodos de tortura y depilación disponibles), no dejo de pensar lo mal que está repartido esto del pelo.

Debería ser posible replantar el cabello de otra zona para repoblar las zonas baldías. Por ejemplo, del pecho, aunque crecería poco y quedaría demasiado corto. Eso sí, no habría que ir a la peluquería. El del pubis no se podría usar ya que, al ser tan rizado, daría un look a lo David Bisbal. O también se podrían juntar los dos negocios, el de la depilación y el de tratamientos capilares: en el mismo lugar que depilan, harían el repoblado capilar.

Es curioso, mientras en la cabeza el cabello va escaseando, en el resto del cuerpo se mantiene sin problemas, cuando no nos importaría si desapareciera del pecho, por ejemplo. El pelo de la cabeza es importante para proteger la parte más importante de nuestro cuerpo: el cerebro. Así que si la sabia naturaleza lo hace desaparecer a partir de cierta edad, eso es que nos ha aplicado la pena capilar, y quiere librarse ya de nosotros. La coronilla no es otra cosa que un círculo en nuestra cabeza, una diana, que dice a nuestros enemigos: golpead aquí que está desprotegido.

El pelo de la barba también se mantiene sin problemas. Eso sí, la primera vez que sale estás a punto de abandonar mil veces, de lo que pica. Recuerdo que me picaba tanto, que me ponía unos polvos de talco especiales (Talquistina), que eran muy eficaces para calmar el picor, sólo que eran de color rosa. Podéis imaginar lo guapo que estaba paseando por mi casa, con mi incipiente barba rosa.

Recordando esto, pensaba el otro día que no me extraña que cada vez haya más mujeres con el pubis afeitado: es un camino sin retorno. Como se te ocurra hacerlo, ya no debe haber marcha atrás, ya no hay huevos (u ovarios) de volver a dejártelo crecer, en ese sitio y como pique igual que mi barba.

Si queréis desahogaros y compartir vuestras desdichas capilares con nosotros, dejad vuestros relatos en la zona de comentarios. Estoy muy interesado en vuestras historias, contadlo con pelos y señales.

Y no os cortéis un pelo.